En esos tiempos

Cuando era niño me acordaba casi con exactitud las temporadas del año, dentro del campo era primordial saber la temporada para preparar la cosecha, mi padre en paz descanse siempre me decía que la exactitud del tiempo era importante y que nosotros debíamos estar en armonía con la tierra aparte de nuestro señor Jesús, hay un año muy especial que recuerdo de mi niñez, fue el año de 1983 cuando mi hermano Julio y yo íbamos a la ranchería a jugar con los hijos del patrón, era verano y estaba por salir toda la cosecha de aguacate, íbamos a la huerta del Señor Félix Delgado y jugábamos dentro de la selva de arboles de aguacate, los más maduros que encontrábamos los poníamos en una canasta para llevarlos a nuestra casa, julio trepaba los arboles consiguiendo mas aguacates mientras que Guadalupe y Mauricio nos veían a orillas de una alberca que tenía el señor Delgado. Después de tomar todos los aguacates que podíamos guardar los dejábamos cerca de la alberca con un forro de periódico para evitar que el sol los quemara, nos poníamos a jugar nos tirábamos al agua para refrescarnos del calor que hacía, corríamos por toda la huerta mojando a los animales y persiguiendo gallinas que habían por ahí, molestábamos al perro guardián para que nos persiguiera, después ya en la tarde la madre De Lupe y Mau nos daba de comer carne asada y de postre fresas con crema nos quedábamos un rato en la casa para esperar a nuestro padre que traía consigo algunas frutas de temporada.

Ya cerca de octubre empezaba a llegar los vientos de otoño es las costas del pacifico sin embargo como vivíamos en Zacatecas esos vientos se quedaban en la sierras y casi la lluvia llegaba con cierta debilidad a la ranchería. En esas épocas mi hermano y yo construimos una casa de árbol en uno de los arboles de la huerta, lo hicimos con hierba seca y algunos troncos que había casi en todo el lugar, nuestro esfuerzo en conseguir el material y ponerlo en el árbol nos llevo casi más de dos semanas para acabarlo, me acuerdo muy bien de la tenacidad de mi hermano en tratar de construir esa casa de paja y palos, sabía que aunque estuviera firme algún día se iba a caer ya sea por la humedad o por los vientos que luego llegaban con cierta ferocidad, pero mi hermano no le importaba eso, Lupe le decía a mi hermano que estaba perdiendo el tiempo, pero él jamás la escucho. Al fin terminada la casa julio empezó a presumir a Lupe y a Mau nuestra casa del árbol, al principio daba desconfianza, los troncos no daban el soporte suficiente y algunas veces se rompía las partes laterales del tronco mientras que la hierba seca caí y caía perdiendo mas soporte el contorno de la casa, Julio empezó a brincar varias veces para demostrarnos que la casa estaba bien, que era capaz de soportar nuestro peso y así fue, me acuerdo que después de su inauguración la casa sobrevivió más de tres días, para ser sincero yo nunca pensé que iba a pasar del primer día. El sábado por la noche llegaron los vientos esperados, sonaba las ráfagas de aire en nuestro cuarto, Julio estaba en su cama como una roca inerte e inmóvil con el sonido, mientras yo trataba de concentrarme para dormir, me acuerdo muy bien porque ahí se presentó la tormenta más importante del año, en nuestra región a finales de octubre siempre había tormentas de ese estilo, me preocupe por un momento de nuestra casa del árbol, pero más me preocupaba la gotera que se manifestaba a orillas de mi cama.

A la mañana siguiente Julio yo nos despertamos, vimos como el agua refrescaba nuestro jardín sin embargo también veíamos como en ciertos lugares el agua había hecho daños a nuestra propiedad, nuestro gallinero había sido inundado por maleza verde y las gallinas se habían salido de ahí, nuestro padre nos pidió a atrapar a las gallinas y polluelos que estaban por ahí vagando por ahí, Al finalizar fuimos a la ranchería. Ahí encontramos a Lupe, nuestro padre nos dejo con ella y con tono de burla de dijo a Julio que no iba a durar la casa de madera. Julio se molesto y fue rápidamente a ver el árbol, yo corría atrás de el y para nuestra sorpresa al llegar vimos como los troncos estaban hechos pedazos dentro de un charco de agua. Julio empezó a llorar como si hubiera perdido a un ser querido, mientras Lupe nos estaba viendo. Lupe se empezó a reír y nos grito “ya ven para que construyen basura” y Julio cambio su semblante y le grito a Lupe “Cállate tonta tu lo único que sabes hacer es criticar” Con eso Lupe se molesto bastante y se fue corriendo a su casa mientras que Julio hizo lo mismo pero a nuestra casa. Fue el día mas amargo de mi vida, sabía que no íbamos a jugar todos en un buen tiempo.

Ya a principios del otro año, Julio y yo nos preguntábamos como era la nieve, en los periódicos veíamos en las caricaturas ciudades grandes cubiertas de polvo blanco, de ahí empezamos a planear nuestro futuro, según Julio iba a ser un empresario y trabajaría siempre en al Capital de Zacatecas mientras yo quería ser un superhéroe tipo superman y salvar a bellas doncellas y proteger a la gente de villanos locos y así para ganar dinero e ir a esas ciudades a ver la nieve y saborearla, al fantasear tanto se nos fue el tiempo. Nuestro padre trajo un pollo rostizado igualito cuando festejamos el año nuevo y comimos bastante bien, al finalizar la cena mi padre festejaba que este año iba a ser la mejor época del año. Después de ponerse un poco borracho con el huitzila se llevo a mi mama al cuarto de arriba, mi hermano me saco de la casa y nos fuimos a tirar la basura que habíamos hecho en la hora de la cena. Quería regresar a la casa por el frio que hacia pero mi hermano me dijo que esperara, para mi sorpresa estaba más nublado que de costumbre y le dije a mi hermano que sería mejor que nos fuéramos a casa pero él se negó a hacerlo, ya pasado gran rato y caminando por la vereda de la calle llegamos a la ranchería, en mi pensamiento decía que diablos estamos haciendo aquí, en eso mi hermano me decía, “oye Gabriel toma esta piedra y lánzasela a la ventana de Lupe. Tome la piedra pequeña, la lance y no había pasado nada. Julio me dio otra y la volví a lanzar en eso se prendió la luz y se asomo esa mujer, nos saludo y bajo con su hermano. Como tenia frio de dije a Mauricio que corriéramos y hacer competencias, el acepto, mientras tanto Julio Y Lupe se quedaron a platicar, Mauricio y yo corrimos casi en todas direcciones de la ranchería a casi media noche al regresar vi a mi hermano darle un beso en la boca a Lupita, me quede sorprendido, jamás imagine que mi hermano hiciera eso, Julio de dio una caja. Era un regalo que le había prometido julio hace mucho tiempo atrás. Se despidieron y nos fuimos mi hermano y yo a nuestra casa. Le pregunte qué era eso, y me dijo nada que te importe cuando seas grande como yo entenderás esas cosas. A casi la mitad del camino empezó a llover, corrimos lo mas que podíamos, en eso las cosas llegaron a empeorar, caía desde el cielo bolas blancas tan frías como el aire que sentí hace rato a diferencia de que estas me golpeaban la cara y dolía como un cuerazo que me daba mi padre cuando me portaba más mal que de costumbre. Corrimos pues no había algo que nos sirviera para protegernos de esta tromba en eso me caí y mi hermano me cargo y empezó a correr llegamos a la casa subimos a nuestro cuarto, vimos como todo empezó a ponerse blanco, todo el terreno estaba cubierto por el granizo, me acuerdo muy bien, acabada la tormenta salimos a ver, estaba tapizado de hielo en todas partes me acuerdo que Julio empezó a hacer bolas de hielo y lanzarlas a mi cara, me moleste un poco pero después empecé a tomarle el gusto y de las bolas de nieve que hacía, siempre le atinaba al cuerpo de mi hermano, hasta que le pegue en la cabezota y lo tire, me espante tanto que le grite para ver si estaba bien, no hacia ningún ruido, me acerque a su cuerpo lo toque y no hacía nada, le lance una bola de nieve a su cara y tampoco respondió, me puse a llorar como María Magdalena pensando que mi hermano había muerto y en eso escucho una carcajada de los mil demonios, mi hermano me metió una gran bola de nieve a mi espalda, me moleste mucho por el engaño pero estaba más tranquilo al saber que todo estaba bien.

Después de ese día las cosas empezaron a cambiar. A mi padre no le fue tan bien en ese año, las cosas en la ranchería estaban mal así que el buen año que presentía se fue al suelo, los padres de Mauricio Y Guadalupe se separaron y Lupita se fue con su madre a Chihuahua, a Julio le dolió mucho porque sabía que ya no la iba ver tan seguido como de costumbre, Seria la última vez que vería a mi madre con vida. Los años siguientes fueron tiempos difíciles. Mi hermano se convirtió en otro campesino heredando los problemas de mi padre, mientras yo tuve la oportunidad de estudiar en México. Me acuerdo de ese día cuando Julio me deseo lo mejor de las suertes, me sentía mal al dejar a mi hermano con tantos problemas, pero él me dijo que cuando terminara mis estudios regresará a ayudar a nuestra comunidad. Y fue lo que hice. Ahora tengo 32 años, estudie Ingeniería Topográfica y Geodésica, no soy rico pero apoyo a mi comunidad en implementar mecanismos de mantos acuíferos en la región mitigando un poco la sequia en la que vivimos actualmente, mi hermano me ve como si fuera un héroe, en realidad solo soy un hombre que trata de solucionar problemas de sequias en la región, Mi hermano sigue teniendo esa tenacidad de siempre, en ser un empresario, lo es solo que va empezando poco a poco, tiene un pequeño mercado a afueras del pueblo, de lo que saca lo invierte en bienes y raíces mientras yo sigo haciendo estudios en al tierra, me acuerdo mucho de mi padre cuando me había dicho de la armonía entre el hombre y la tierra, el clima ha cambiado desde entonces, las cosas se ponen cada vez más difíciles y la cosecha se pierde por falta de agua, en los días que debería llover no llueve, los días que debería de hacer calor no hace, las temporadas son más difíciles de captar, ya no puedo distinguir entre el verano y el invierno, en un día parecen vivir las cuatro estaciones del año.

Llego a casa de mi hermano, veo a Lupe cuidando a mis sobrinos, Roberto y Javier jugando en la tierra seca me platican de sus días pasados, de cómo ven su percepción del mundo, yo me quedo casi callado reflexionando una cosa, de que sirve tener tanta tecnología de punta cuando no podemos salvar a nuestra propia tierra, cuando el clima destruye cosechas y cada vez es más difícil conseguir aguacates buenos. Pero los niños tienen buenas ideas, espero que ellos puedan dar mejores soluciones a estos tiempos difíciles que vivimos.

Comentarios

Nimmue ha dicho que…
Excelente texto Kike... Tienes madera de escritor, pronto espero tu libro..puedes hacer grandes cambios con tus refelxiones.

Te mando un beso.
Maggie

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